No hay razón ni sentido en mis palabras;
Hace tiempo noto como me marchito
Sin el consuelo de ser ceniza al viento,
Sin razón y sin peso.
Todavía oigo mi voz y su respiración
Pero no diferencio si está lejos,
Ni eco, ni semilla de nada nuevo.
Solo al contemplarme en un espejo
Veo el camino que ya llevo,
Y hacia delante nada;
Todo lo incierto.
Al dudar nacen más atajos y más trechos
Que ninguno se postula como verdadero
Decidiendo siempre los pasos alentados por el tiempo.
Pero al andar me siento más ligero
Porque esperar no me traerá nada bueno
y lo que me sigue por detrás
no quiero que me vuelva a adelantar.
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